
Tanteo con las manos el calor de la estufa. Levantó su mirada. Al frente montañas grises y millones de cápsulas de concreto llenaron sus ojos color café. Al mirarlas recordó que en tiempos antiguos las montañas albergaban vida. –oh! esa vida tan real, que podia matarte.
Bajó su mirada y con su mano derecha tomo el mango de una sartén que estaba en la mesa, lo puso sobre la estufa y con su voz un poco robótica dijo las palabras que había repetido ya por 100 años “Ok ziliqui prepara comida dos uno cero”; de la parte superior una abertura dejo caer un liquido gris y sin olor, al mirarlo pensó que era su ultima comida antes de la transición. Esperaba ese día desde hace 100 años.
100 años con un cuerpo que ya se había acostumbrado a la rutina que le habían asignado. Cada mañana exactamente 1000 pasos a la derecha, 150 a la izquierda y 2 al frente, luego con una pantalla hacia pequeñas reparaciones a las cápsulas minúsculas de esas montañas de concreto. Pero hoy, su rutina se sentía diferente.
Horas despues cuando terminaba su ultima reparación, recibió un mensaje en la pantalla principal: “Transición en progreso, acerque su identificación.” De su bolsillo derecho saco un circulo gris con un texto que decía “P.M.L 499”’, lo acerco a la pantalla y un pitido acompañado de una luz verde mostró: “Transición Procesada.” –ufff, suspiro como nunca lo había hecho en sus 500 años de existencia, había llegado la hora de volver a sus orígenes. Su vista se comenzó a nublar y en menos de 5 segundos su cuerpo se desplomo en el concreto gris. Miró hacia arriba a través del vidrio y pudo ver las pocas estrellas que quedaban. Sonrió y al desvanecerse una nueva cápsula minúscula apareció.